Errores en la higiene bucodental

 

Estamos muy acostumbrados a leer artículos o ver anuncios sobre la higiene bucodental relacionados con productos, noticias, o incluso recomendaciones, donde en numerosas ocasiones interviene un experto o dentista. Sólo basta con echar un poco la vista atrás.

 

Desde Farmacia Olof Palme, gracias a nuestra experiencia diaria con las dudas que nos plantean nuestros clientes, creemos que quizás sería recomendable divulgar más información sobre qué es lo correcto y qué es lo incorrecto a la hora de llevar a cabo una correcta higiene bucodental.

 

En este artículo ahondaremos en lo que creemos necesario corregir respecto a una serie de hábitos erróneos en la higiene bucodental cometidos, muy frecuentemente, por la población general.

 

En cuanto a la frecuencia, hay que decir que debe llevarse a cabo un cepillado de la cavidad bucal (teniendo en cuenta ciertas consideraciones que veremos seguidamente) después de cada comida. Comentar, a título estadístico, que, si bien una tercera parte de los españoles manifiesta cepillarse los dientes al menos tres veces al día, y otra tercera parte dice hacerlo dos veces diarias, hay otra tercera parte que lo hace una única vez al día o ni siquiera lo hace con esa frecuencia.

 

Aunque en un artículo que publicaremos en breves fechas hablaremos de la correcta técnica de cepillado, a pesar de la multitud de información disponible al respecto, ésta no suele ser la correcta, y en muchos casos los restos de alimentos y bacterias alojados en la cavidad bucal se remueven, pero no se eliminan de la boca.

 

Señalados la frecuencia y la técnica del cepillado como errores muy habituales en lo que respecta a la higiene bucodental, los errores, muchas veces por desconocimiento, que se cometen de manera más recurrente, son:

 

1. Mala elección de cepillo. Los cepillos no deben ser excesivamente duros, ya que se corre el riesgo de dañar el esmalte. Con carácter general, desde Farmacia Olof Palme, recomendamos usar cepillos suaves. Igualmente, hay que tener presente la necesidad de emplear cepillos de cabezal menor al «normal», sobretodo si existen necesidades de acceder a zonas de la cavidad bucal de difícil acceso, o si se prefiere tener un mejor manejo del cepillo.

 

2. Mala elección de dentífrico. Con mucha frecuencia (más de lo que creemos), empleamos pastas de dientes abrasivas que dañan el esmalte, o con una insuficiente cantidad de flúor (sustancia que ayuda al mantenimiento del esmalte), o usamos una pasta de dientes «generalista» cuando quizás debiéramos emplear una «específica», …

 

3. El momento del cepillado. Normalmente solemos cepillarnos los dientes justo después de comer. Sin embargo, es conveniente esperar que transcurran 20-30 minutos tras la finalización de la comida ya que si el pH de los alimentos fuera ácido, esto provocaría un ablandamiento del esmalte. Si no esperamos a que se neutralice el pH de la boca, podemos erosionar el esmalte causando daños en los dientes imposible de reparar.

 

4. Poner más pasta de la necesaria. Debido a lo que estamos acostumbrados a ver en los anuncios de televisión, y en parte a las prisas y poco tiempo que destinamos a la higiene bucodental, tendemos a cubrir la superficie de las cerdas del cepillo con el dentífrico. Sin embargo, desde Farmacia Olof Palme, queremos recordar que basta con usar una cantidad del volumen de una judía para emplear la cantidad necesaria para el cepillado.

 

5. Mojar el cepillo tras poner la pasta de dientes. Cuando mojamos el cepillo de dientes buscamos una sensación más agradable en el cepillado o simplemente lo hacemos por costumbre o porque consideramos, por mero aprendizaje, que es necesario. El humedecer el cepillado provocará dos efectos: el primero, y más perceptible, es la mayor producción de espuma; el segundo, una disminución en la fricción del cepillo con el esmalte, lo que se traduce en una mayor dificultad a la hora de arrastrar la suciedad y eliminar los restos de alimentos. Desde Farmacia Olof Palme recomendamos, o no mojar el cepillo, o hacerlo ligeramente (eliminando el exceso de agua) antes de disponer la pasta sobre él.

 

6. No dedicar el tiempo suficiente. Claro está que si no dedicamos un tiempo suficiente al cepillado, dejaremos zonas sin cepillar. Desde Farmacia Olof Palme consideramos necesario, al menos, dedicar dos minutos como mínimo al cepillado (veinte segundos por cada una de las zonas) para que éste sea efectivo a la hora de eliminar la placa y las bacterias adheridas a los dientes.

 

7. Cepillado excesivamente fuerte o frecuente. Si malo es quedarse corto a la hora de una frecuencia insuficiente en el cepillado, o practicarlo excesivamente suave sin remover los restos de alimentos y placa, tan perjudicial es hacerlo con mayor frecuencia de la necesaria o con un exceso de intensidad, pues tanto las encías como el esmalte dental pueden verse dañados por ello.

 

8. No usar un colutorio al finalizar. Una vez terminado el cepillado, y tras el enjuague de la cavidad bucal, debido a que la permanencia del dentífrico no es prolongada, no hemos dado tiempo a que éste actúe y que el flúor fortalezca el esmalte. Tampoco habremos dado tiempo a que los otros activos presentes en el dentífrico hayan hecho su efecto al completo (p.e.: clorhexidina, triclosán, …). Por todo ello, es aconsejable y necesario usar un colutorio.

 

9. Incorrecta limpieza del cepillo dental tras el cepillado. Tras el cepillado debemos asegurarnos de dejar en un correcto estado el cepillo. Con mucha frecuencia, motivado por las prisas del día a día, solemos dejar restos de alimentos y de dentífrico entre las cerdas del cepillo, pudiendo provocar esto el desarrollo bacteriano en el mismo. Tras eliminar todos los restos del cepillo, debemos preocuparnos de dejar el cepillo con el menor grado de humedad posible (sacudiéndolo tras el lavado), ya que la humedad permitirá que se desarrollen hongos y bacterias. Por ello, no debemos colocar los capuchones o tapas que muchos cepillos traen, pues éstos acompañan al cepillo para evitar daños en su transporte, y no para servir de cierre tras el cepillado. Con una rutina correcta de lavado del cepillo, podremos estar tranquilos cuando utilicemos el cepillo la próxima vez.

 

10. No renovar el cepillo cuando está deteriorado. El cepillo debe ser cambiado con la aparición de los primeros síntomas de desgaste (cerdas que se rompen o se separan del cepillo, cerdas abiertas, …), o cada tres meses aproximadamente.

 

11. No usar hilo dental o cepillos interproximales (o hacerlo mal). Tanto el empleo de hilo dental como de cepillos interproximales, sirve para acceder a las zonas donde el cepillo dental no puede llegar. Y desde Farmacia Olof Palme hacemos hincapié en que es mucho más necesario de lo que se piensa. Las caries se forman con mayor frecuencia en las superficies donde se tocan dos dientes, ya que, al quedar restos de alimentos atrapados allí, las bacterias causantes de caries se alimentan de los azúcares de éstos y corroen el esmalte, provocando, con el paso del tiempo, el origen de una caries.

 

Desde Farmacia Olof Palme esperamos haberte descubierto algunos de los errores más habituales en lo que respecta a la higiene de la cavidad bucal (independientemente de la técnica del cepillado) y ayudarte a mantener una buena salud bucodental.

 

En Farmacia Olof Palme estaremos encantados de recibirte y asesorarte en esta rutina tan importante, indicándote los productos que necesitas, en caso de ser necesario, gracias al amplio surtido de productos destinados a la salud e higiene bucodental del que disponemos. Te esperamos.

 

 

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